El proyecto reúne un estudio en formato libro que demuestra el impacto negativo que ha tenido la pornografía para la educación sexual y la vinculación a la tecnología que esta supone. Dicha dependencia tecnológica ha llevado al ser humano a desarrollar numerosos “juguetes sexuales” en colores llamativos y formas infantiles que deben de vibrar o moverse para replicar el movimiento natural, haciéndonos de cada vez menos válidos y más acomodados. Es por esta razón de falta de diseño y sensibilidad, y por la falta de educación por la que el proyecto da lugar a la colección de piezas eróticas “Kama”. 

Las piezas Kama so joyas que están hechas con vidrio macizo y silicona, materiales que pretenden adaptarse a todo tipo de cuerpos y funcionar sin electricidad. Las joyas pretenden activar la energía propia que reside en cada uno de nosotros y que el propio cuerpo sea el motor.  Acabadas en tonos neutros como el blanco, negro y transparente aportan sencillez y sensibilidad. Sus diseños de formas suaves y sutiles acompañan a la persona sin llamar la atención, por lo que se podrían colocar libremente en el dormitorio sin necesidad de esconderse.

En conclusión, Kama reconecta a las personas de manera analógica hacia el inextinguible instinto humano de amar.