La familia la componen tres tapices redondos -de 2 metros de diámetro- y dos alfombras cuadradas -de 2 metros de lado-, todas ellas confeccionadas en yute y tejidas a mano. 

Los tapices se tejen desde dentro hacia afuera siguiendo un movimiento cíclico, mientras que las alfombras desde arriba hasta abajo usando la técnica dhurrie. Este método de elaboración de alfombras propio de la tradición india y paquistaní, consiste en el cruce entre la trama (hilos horizontales) y la urdimbre (hilos verticales), generando una densidad aproximada de 66.000 nudos/m2.

La colección presenta tres paletas de colores que se sumergen en tonalidades de verde, beige, y lila. A su vez, cada tono se va degradando sutilmente generando diferentes matices de color. Este juego da lugar a un set de tapices y alfombras que juegan con la progresión del color para adaptarse a diferentes gustos y ambientes.

Alfombra_almendra

Dada la gran extensión de almendros cultivados en la isla (más de 7 millones), es inevitable pensar en la almendra como una de los mayores protagonistas del paisaje de la isla. Sin embargo, y por desgracia, en los últimos 25 años al menos el 80% de los almendros han muerto o han sido dañados por la bacteria Xylella fastidiosa.

Así, esta alfombra pretende realzar la necesidad de proteger este árbol, tanto para preservar la mágica vista que ofrecen sus flores blancas, como por su función biológica al enriquecer el suelo y nutrir a animales y otras plantas.

Alfombra_oliva verde

El otro tesoro del paisaje mallorquín es el olivo, un árbol que lleva floreciendo en Mallorca desde hace miles de años y con una extensión de 2100 hectáreas a día de hoy. La aceituna arbequina, picual y mallorquina son las más características del lugar, habiéndose convertido sus aceites en productos con la denominación de origen «Aceite de Mallorca». Pero desgraciadamente, también los olivos son asolados por la misma bacteria.

Alfombra_oliva negra

En la cultura mallorquina la aceituna negra cobra la misma importancia que la verde. De hecho, el color que presenta la aceituna responde a su grado de madurez en el momento de la recogida y al proceso de curación al que se someten. Así, las aceitunas negras se recogen una vez maduras, es decir, cuando el color ha pasado de verde a negro.

Proyecto desarrollado junto con Yeelen Tavilla.